... Yuzai ))

[Jessen]

¡Hola! Aquí estoy dejando mi ultima creación amorfa XD
Es un chin gore, pero no mucho o tal vez un poco no sé...
Eh... no sé que mas escribir antes de que quieran asesinarme por lo que está abajo

Ficha

Título: Yūzai (Culpable)
Autor(a): Jessen (También conocida como Jessica, Jessen, Jessy, Icky, Jisu, Shika, Enid etc, etc) -Lo digo por si encuentran esto en otra parte... Si no esta bajo esos nombres... ¡Me han plagiado! Ok, al tema
Sipnosis: Zarek es un esquizofrenico que intenta hallar una solución a lo que ha hecho.
Género: ¿Algo Gore? No sé


Yuzai

Se encontraba al borde de la locura, por no decir en ella misma. Se llevó las manchadas manos a la cabeza mojando su cabeza con un espeso líquido escarlata. Intentando convencerse de que él no había hecho nada malo. Aún así el nerviosismo recorría cada recóndito de su cuerpo queriendo apoderarse de él. Intentaba no abrir los ojos, trataba de ignorar la realidad. De no ver a aquella persona que yacía frente a él empapada en sangre. Por que conocía su rostro, había amado a aquel rostro con toda su vida y ahora sólo estaba allí, inerte. Su cuerpo tembló debido al llanto que se apresuraba a salir de lo más profundo de su ser, las lágrimas no tardaron en salir a borbotones de sus ojos y recorrer rápidamente el camino que las condujo a suelo.

Se abrazó a si mismo con extrema fuerza, temiendo que en cualquier momento pudiese partirse en pedazos. No recordaba lo sucedido, aunque la verdad ni siquiera quería. Abrió los ojos pese a que no deseaba hacerlo y enfrentó la escena que tenia frente a él. Eso lo destrozó. Gritó con toda la fuerza que le quedaba, gritó colérico, gritó impotente, gritó por que la amaba, la amaba y la había asesinado.

La culpa se apoderó de sus pensamientos. Él la había matado, era culpable.

-Jared.-una voz femenina lo llamó con dulzura, él se encontraba frente a un espejo observándose. Escuchaba voces, desde hace mucho eso. Y ahora le susurraban cosas horribles, que hiciera cosas horribles.- ¿Jared?-la voz de Sophie lo alejó de los susurros por un instante.- ¿Estas bien?-sintió como ella posaba su mano sobre su hombro.
-¿Por qué dicen eso Sophie?-preguntó Jared.-Yo no quiero hacerlo. ¿Por qué me obligan?

La mujer guardó silencio. Sabía de lo que hablaba Jared. El había sido paciente psiquiátrico, pero Sophie nunca había creído que él estuviese loco así que se lo había llevado de allí. Mordió su labio inferior con fuerza. Él no estaba loco, no…
¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué? Los recuerdos lo atacaban como puñales traspasando a su maltratado corazón.

-¡Jared!

Se cubrió los oídos con sus ensangrentadas manos. Intentando en vano olvidar sus gritos. No lo había hecho intencionalmente, el no quería… Solo había intentado que las voces se callaran. Y sin quererlo calló la equivocada.

El estruendo de un millar de pedazos de cristal a caer al suelo se escuchó por toda la casa. Sophie retrocedió aterrada. Aquel no era Jared, aquel no era su novio. No claro que no.

-Jared, ¿qué...?
-¡Que se callen, que se callen!-gritaba él junto a los pedazos de cristal

Sophie amargamente aceptó la realidad. Jared había enloquecido. Debía huir de allí. Con lágrimas en los ojos dio un paso atrás con solo un objetivo en mente, huir.

Jared abrió los ojos, ella había huido de él. Le había temido. ¿No era él el que debía protegerla e darle seguridad? ¿Por qué huiría entonces? ¿Por qué...?

Antes de que Sophie pudiese cruzar el umbral de la puerta Jared ya había advertido sus deseos. Haló de los rubios risos de la mujer provocando que esta tropezara, haciéndola caer sobre los cristales rotos. Sophie observó atónita los ojos desorbitados de su novio.

-Jared, no...

Un grito. Un golpe. Silencio.

El cadáver de Sophie yacía inerte en el suelo. Y solo ahí Jared entendió lo que había hecho.

Miró con la histeria marcada en sus ojos el cuerpo de su amada. Tembló ante la realidad que se abría frente a él. Tomó con cuidado un vidrio que habia en el suelo y lo observó con fascinación. Esa era su salida. Una sonrisa cobró forma en su rostro.

Todo iba a acabar.
No tenia vida